Queens of the Stone Age – Songs for the Deaf

Pasaron algunos días del décimo aniversario de uno de los discos fundamentales de la década pasada y pocos se hicieron eco de la potencia de éste álbum. Songs for the Deaf encierra no sólo el mejor concepto sonoro de Queens of the Stone Age sino que además cuenta con una de las mejores formaciones para el rock de aquellos años.

 Aquí se concreta la primera colaboración que luego tendría su segunda vuelta en la avalancha Them Crooked Vultures: Dave Grohl se sienta a la batería y revive sus días en Nirvana mostrando todo su poderío detrás de los platos haciendo verdaderos killer riffs desde sus parches. Mark Lanegan es una segunda voz constante que no teme de tomar el mando del micrófono en canciones como A Song for the Dead, Hangin’ Tree y God is in the Radio e incluso firmando algunas de ellas junto con Josh Homme. Nick Oliveri completa el cuarteto en su segunda grabación con QOTSA después de una serie de idas y venidas con Kyuss que termina con su participación este proyecto grabando en Rated R y en éste disco hasta su expulsión del grupo en los meses previos a la grabación de Lullabies to Paralyze. Aquí Oliveri también suma en las voces de Six Shooter en una demostración de demencia incombatible, en Gonna Leave You parándose en a un lado de Sonic Youth con la pose suave del aviso y en el armónico surf de las tinieblas Another Love Song.

Parte del concepto de Songs for the Deaf reside en la intervención de locutores radiales que van interviniendo a lo largo del disco para anunciar algunas de las canciones o para pintar buena parte de los climas que se van proponiendo a lo con los minutos de testigo, pero queda como documento de las radios americanas el zapping entre Do it again y God is in the Radio. El trip viene de los paseos de Homme por la ruta donde sólo lo acompañaba el transistor de su auto y las voces de los host mexicanos que pirateaban el éter en el sur de California.

La producción fue repartida entre Homme, un cerebro más allá de sus días, y contó con la colaboración de su ladero Alain Johannes que sumó algún falso locutor, igual que su mujer Natasha Shneider, quien propuso los arreglos de cuerdas para Mosquito Song al final del álbum.

El éxito de éste disco (ningún otro en la discografía de QOTSA tuvo tantas ventas) descansa en los cortes que fueron seleccionados para Songs for the Deaf, que podrían formar parte sin dudas de una selección de lo mejor que sonó por aquellos años. Canciones como No one Knows, Go with the Flow y First it Giveth definieron al Rock de la R a la K redimensionando las fórmulas del Stoner más desértico, el Hardcore, el Hard Rock y el Rock & Roll.

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